miércoles, 19 de noviembre de 2008

Acto V (o cómo encontrarse a uno mismo)


Parece mentira que estar tantos años en un exilio, dando la espalda a tantas cosas, encerrando la mente y ahogando los sentimientos,


callando la voz de uno mismo para ceder ante las de los demás....


parece mentira que ahora, cuando lo que se ahoga es el tiempo, cuando descubrimos el verdader valor del hoy,


sea cuando de repente, echemos la vista atrás, y dejando caer una lágrima,


de repente recordemos lo que SOMOS, demos rienda suelta a esa voz, que nos repite nuestro valor, y la validez de todo lo que hemos dicho, hecho, o dejado de hacer,


a lo largo de toda nuestra vida. Por fin podemos decir que nos hemos encontrado a nosotros mismos... y que el dia de hoy hemos recordado quienes somos, lo que representamos, y que ya da igual el mañana, porque ya somos alguien, y ya estamos listos para afrontarlo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Acto IV (o cómo ver a través de los ojos de un niño)


"...mientras daba vueltas en el tio vivo, montado en su corcel negro, que subia, y bajaba, y subia, y bajaba....empezó a mirar hacia el exterior de la circunferencia que marcaba consigo mismo, intentando encontrar la silueta de su madre... y cuanto mas giraba, y giraba, más vueltas le daba la cabeza...era una experiencia única, las lágrimas se dejaban caer por sus mejillas, y él sonreía y abría los brazos, con las palmas muy abiertas, como queriendo abrazar ese segundo en el cual nada más importaba, solo dar vueltas y vueltas, en un tio vivo de colores, percibiendo el aroma del algodón de azúcar y las manzanas con caramelo, escuchando un vals al compás del rítmico sube y baja de su caballo de madera, mezclado entre las risas y gritos de miles de niños.... Entonces fué cuando se prometió a sí mismo que nunca, jamás en la vida, bajaría de allí..."

lunes, 3 de noviembre de 2008

Acto III ( o la absurda manía de contar el tiempo)



No te puedo ver, hoy no, pero siento que estas mirandome. Desde una ventana con vistas al resto del mundo, a un planeta lejano al tuyo.

Temí por un momento que te encerraras en una burbuja infranqueable, recubierta de hormigón, y que nunca más podría volver a oir un poquito de tu alma.


Pero ese miedo es pasajero,
y ahora se lo tonta que he sido al plantearme, siquiera por un momento,
que tú pensarías en la derrota.


Áhí estas, cabezota y fuerte, como siempre has sido,
de palabra justa y acertada, buscando
siempre la razón de los problemas
para arrancarla de cuajo, transparente, de sonrisa perenne...
Sé que por mucho que sorprenda, vas a seguir apoyando la bola del mundo para que no se derrumbe,
que la sonrisa nunca se volverá caduca,
porque seguirá habiendo millones de motivos a los que dedicar millones de carcajadas,
y cuando se nos agoten, inventaremos otros nuevos,
y cuando nos cansemos, aparecerán sin llamarlos.


Por esas ganas de vivir, es por lo que me parece absurdo contabilizar el tiempo.


Cuántas horas, dias, semanas enteras...hemos desperdiciado todos, sumidos en la patética rutina y cedidos ante su peso. Y cuántos pequeños momentos nos han hecho felices... una décima de segundo de felicidad, es lo que dura un pequeño detalle...


Señores...empecemos a no medir el tiempo por su cantidad, sino por su calidad. Aprendamos que la felicidad se encuentra en el conjunto de las pequeñas cosas que definen una vida.



Esto es lo que tú me has enseñado. Y ahora lo entiendo todo.


Un abrazo de quien tambien te mira desde esta ventana.


...


Acto II (o porqué aprender a estar solo)


Señoras y señores, asi no se hacen las cosas. No se puede sostener una situación de satisfacción general, y mucho menos se puede pensar que es posible una unanimidad total. Como seres individuales que deberíamos ser, los pensamientosy acciones de un individuo ajeno a uno mismo, escapan de nuestras manos.


Es por ello recomendable aprender a estar solo. Y no, no es facil. En un mundo como este, en el cual la aceptación social condiciona el 85% (si no me equivoco) de nuestras reacciones diarias, ejercer acciones planteadas, desarrolladas, corregidas y juzgadas por uno mismo...es muy dificil.


Porque todo aquel que nos rodee, se considerará con derecho a juzgarlo, se haya pedido o no su opinion...porque si no es algo "socialmente aceptado", se generarán resquemores que terminarán en odios... Eso si, odios infundados por lo absurdo.


Por lo tanto, uno tiene la posibilidad de elegir, frente a este conflicto moral generado entre la propia personalidad y el entorno, si seguir los valores marcados por sí mismo, forjando así lo que podríamos denominar PERSONA (como ser individual e independiente), o bien continuar subyugado a aquello que nunca podrá controlar, a los caprichos de una sociedad alienada, una sociedad mediática y desagradable, sustentada en el morbo, e impasible ante la destruccion moral de la persona.


Creo que cada vez tengo más clara mi elección.


Si existiera ese dichoso botón rojo....