lunes, 3 de noviembre de 2008

Acto II (o porqué aprender a estar solo)


Señoras y señores, asi no se hacen las cosas. No se puede sostener una situación de satisfacción general, y mucho menos se puede pensar que es posible una unanimidad total. Como seres individuales que deberíamos ser, los pensamientosy acciones de un individuo ajeno a uno mismo, escapan de nuestras manos.


Es por ello recomendable aprender a estar solo. Y no, no es facil. En un mundo como este, en el cual la aceptación social condiciona el 85% (si no me equivoco) de nuestras reacciones diarias, ejercer acciones planteadas, desarrolladas, corregidas y juzgadas por uno mismo...es muy dificil.


Porque todo aquel que nos rodee, se considerará con derecho a juzgarlo, se haya pedido o no su opinion...porque si no es algo "socialmente aceptado", se generarán resquemores que terminarán en odios... Eso si, odios infundados por lo absurdo.


Por lo tanto, uno tiene la posibilidad de elegir, frente a este conflicto moral generado entre la propia personalidad y el entorno, si seguir los valores marcados por sí mismo, forjando así lo que podríamos denominar PERSONA (como ser individual e independiente), o bien continuar subyugado a aquello que nunca podrá controlar, a los caprichos de una sociedad alienada, una sociedad mediática y desagradable, sustentada en el morbo, e impasible ante la destruccion moral de la persona.


Creo que cada vez tengo más clara mi elección.


Si existiera ese dichoso botón rojo....

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